En primer lugar, busquemos la etiqueta en la que están pegados los métodos de lavado del sofá, para que sepamos actuar con seguridad y tratemos de realizar una prueba en una pequeña porción de la tela. Por supuesto, hacemos esta prueba en un lugar poco visible, en caso de que los productos de limpieza provoquen encogimiento, decoloración u otros daños.
Otra opción, especialmente para los sofás de microfibra, es el alcohol. Intentamos llenar un atomizador con alcohol y humedecer la zona afectada hasta que se sature. Con una esponja incolora, frotamos la superficie con fuerza.
Este método funciona para eliminar la mayoría de los tipos de suciedad de la tela, pero también puede endurecer el material. En este caso necesitamos conseguir un cepillo de cerdas blancas y frotar vigorosamente toda la superficie del sofá: ¡este truco debería ayudarnos a suavizar el material!
Algunas fundas se pueden lavar a máquina y esta información se indica en una etiqueta de sofá. Si es así, simplemente quítelos, use un detergente suave y encienda la máquina con agua fría.
Por último, está la limpieza profesional. Hay muchos servicios de limpieza profesionales disponibles para sofás y otros muebles tapizados y, aunque esto puede ser costoso, para asegurarse de que la tela se limpia adecuadamente, especialmente para los sofás importantes, ¡es mejor gastar unos euros adicionales!